¿Te ha pasado que tus contenidos terminan promocionando más a la plataforma o red social en que te comunicas, que a ti mismo?
Las redes sociales son una buena oportunidad para compartir contenidos de valor y fidelizar a tus audiencias. Sin embargo, ellas son un negocio en sí mismas y necesitan ganar, tanto dinero contante y sonante como posicionamiento en el top of mind de los diferentes públicos.
Usualmente, las redes se quedan con los billetes y les dejan las monedas a los creadores de contenidos como tú.
Además, los algoritmos implementan medidas de censura cada vez mayores. En un entorno tan controlado es más difícil que te expreses con libertad. Tus contenidos pueden terminar bloqueados o desmonetizados por comunicar aspectos que son potencialmente molestos para ciertos públicos, pero tal vez no lo sean para tus seguidores… incluso puede que terminen censurando justamente esas características tuyas que te hacen inconfundible.
Puedes estar a un segundo de que todo tu esfuerzo y tu negocio desaparezcan
Tu cuenta podría desactivarse temporal o definitivamente y todo depende de la decisión de un algoritmo.
Por si fuera poco, los contenidos que publicas en redes como Facebook pasan a ser propiedad de ellos. Estas redes deciden qué hacer con tu producción, cuándo publicarla o retirarla y si se monetiza o no, siempre de acuerdo con los criterios de cada red.
Y algo todavía más importante: tus fans o followers no son tuyos, son de la red social, por lo que si deciden suspender tu cuenta no podrás conservarlos.
Contar con tu propia red social te permite tener el control de estos elementos y muchos más. Tú decides, tú creas los contenidos, tu público es tuyo, tú personalizas tu aplicación y, sobre todo, ¡tú ganas!
